domingo, 18 de noviembre de 2012

Ausencia


Me pido ser como tú
 
Me pido ser valiente, tirar siempre hacia delante, encontrar siempre motivos para vivir, vivir 93 años y sonreír cada día, tener cariño para regalar a todo el mundo,  saber ser feliz con las cosas más pequeñas, tener inquietudes, disfrutar de todo... Me pido saber vivir la vida como tú lo has hecho.
 
No soy capaz de describir con palabras todo lo que significas para mí. Eres, sin duda, la persona más valiente que he conocido jamás.
 
Tengo un dolor en el pecho tremendo tan solo de sentir tu ausencia, pero no puedo evitar tener la cabeza llena de recuerdos preciosos a tu lado.
 
Tú, y solo tú, me llevabas de la mano por el monte enseñándome cada cosa que sabías sobre la naturaleza. Tú me enseñaste a querer y a tratar a los animales, Tú y tus bizcochos... Tú y tu eterna energía.
 
 
Pasan los años... y se acumulan las ausencias... Ahora te has ido tú y no me parece posible. ¿Debería enfadarme con el mundo por decidir apartar de nuestro lado a una persona así? Las abuelas como tú, no deberían morirse nunca. Deberían permitiros seguir enseñando a vivir a generación tras generación. Si todo el mundo tuviese la oportunidad de conocer a alguien como tú, estoy segura de que el mundo iría mucho mejor.
 
No puedo quitarme de la cabeza tu maravillosa manera de enfrentarte a la vida. Jamás te he visto venirte abajo demasiado tiempo. Siempre, siempre, SIEMPRE, me repetías lo precioso que es vivir, y además me decías que preferirías haber nacido en ésta época, ser de ésta generación a la que nos dejan vivir nuestra vida.
 
Naciste en la época equivocada, es verdad, pero aún así encontraste el hueco para crear una vida diferente. "¡¡¡¡Qué no me pongo de luto, he dicho!!!!" Y como esa, millones más.
 
¡¡Vaya revolucionaria estabas hecha!!...
 
No sabes lo tremendamente orgullosa que estoy de ti, y me duele todo el cuerpo de pensar que quizá nunca te lo dije. Ojalá sepa ser la mitad de increíble que tú has sido. Y si no he llegado a tiempo para decírtelo, quizá lo mejor que puedo hacer es tratar de vivir como tú.
 
Ayer, en el tanatorio escuché mil veces: "Yo a tu abuela la recuerdo siempre sonriendo, era muy alegre ¿verdad?"
 
SÍ. ¡¡Que grande eres!! No se me ocurre mejor manera de irte que dejando esa imagen en la cabeza de todo el mundo. SONRIENDO.... ¿Acaso hay algo mejor?
 
No has dado guerra ni para marcharte... y nos has dejado con las ganas de decirte muchas cosas, abuela. ¡No vuelvas a hacer esto! ¿Dónde mando yo ahora tantos sentimientos? ¿Cómo se supone que tengo que vivir sin oír tu voz una vez más? ¿Cómo voy a soportar no darte un último beso...?
 
Pero realmente las cosas han sido como deberían ser, como tú te merecías: Tranquilas y naturales.
 
Te has ido, sin más. Sin sufrir, sin dolores y pastillas. Hasta para irte lo has hecho por la puerta grande.
 
No tengo ni idea de cómo voy a apañármelas para vivir sin ti, de verdad que no. No se me ocurre como voy a levantarme cada día sabiendo que no voy a oírte canturrear nunca más. No sé como voy a estrenar La Sirenita sin verte en las butacas... Pero estarás allí, ¿Verdad?
 
No lo sé, no sé donde estás. No sé si me ves o si me lees y eso me duele tantísimo... Pero sí se una cosa, dentro de mí, eres inmortal. Cada noche que te eche de menos, sé que podré sentir tu presencia como antes, aunque solo sea en mi cabeza. Y cada golpe contra el suelo me recordará que tú siempre te levantabas y encima sonreías.
 
Es una pena que tengan que pasar estas cosas para darnos cuenta de que al final, la vida es lo único que tenemos.
 
Me queda el consuelo de que la viviste como una campeona, es más, como una guerrera de las de libro.
 
Me queda un vacío inmenso, algo que nunca se llenará. Pero GRACIAS por haberte hecho ese hueco tan grande, eso significa que pude disfrutar de ti y que me has cambiado la vida.
 
 
Nos vemos, ¿vale Abu?
 
Siempre, siempre, SIEMPRE.
 
 
 

3 comentarios:

  1. Este mensaje me dejó mi madre en respuesta a la entrada:
    Querida Carmen:

    Recuerdo una ocasión cuando eras pequeña que llamaste por teléfono a la abuela para preguntarle cosas de su pueblo de su familia de su vida, las necesitabas para una redacción que os pidieron hacer en el colegio, en ella hablabas de la abuela diciendo que era sabía, créeme fueron las palabras que más la alagaron en su vida. Tenia muestras de tu cariño a su alrededor, en el monedero con las pegatinas de los bichitos , en el llavero del cerdito en el Belén que le hiciste por Navidad en tus fotos.....

    Ella sabía que la querías y que la querías mucho, sabia leer entre líneas era sabía y tenía un marido y cuatro hijos Barrocales que hablan poco y tuvo que aprender a interpretar los sentimientos.

    Me contó en muchas ocasiones lo importante que fue para ella tenerte a su lado cuando murió el abuelo, verte crecer y compartir tu infancia la hicieron mucho bien, no dudes nunca de que la abuela sabía tus sentimientos y sobre todo no olvides nunca que te quiso muchísimo que confiaba el ti a ciegas y que sabía que su nieta era una de las suyas,era sabía.

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  2. Lo primero, Carmela Walker... Ojalá algún día yo pueda escribir como tú.
    He sentido tu dolor desde el otro lado de la pantalla, he podido veros a ti y a tu abuela compartiendo momentos inolvidables y de verdad que me ha dolido que una persona tan maravillosa se haya ido.
    Claro que, ella sabía que tenía una nieta igual de maravillosa, llena de cosas que ofrecer al mundo, y con una sonrisa igual de preciosa que la suya, y una mirada igual de limpia y sincera que la suya. Seguro que ella te lo habrá dicho mil veces, lo estupenda y formidable que eres, lo orgullosa que está de ti y que siempre estaría ahí para todo. Y lo ha estado, y lo estará siempre.
    Creo que tienes una familia que, no es que la merezcas, es que te la mereces con creces; una familia que debe estar (y seguro que lo está) orgullosa de tener a su lado a una persona de su sangre que ha nacido realmente para cambiar el mundo, que deja huella en cada persona que conoce. Como dejaste huella en mí :)

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