domingo, 18 de noviembre de 2012

Ausencia


Me pido ser como tú
 
Me pido ser valiente, tirar siempre hacia delante, encontrar siempre motivos para vivir, vivir 93 años y sonreír cada día, tener cariño para regalar a todo el mundo,  saber ser feliz con las cosas más pequeñas, tener inquietudes, disfrutar de todo... Me pido saber vivir la vida como tú lo has hecho.
 
No soy capaz de describir con palabras todo lo que significas para mí. Eres, sin duda, la persona más valiente que he conocido jamás.
 
Tengo un dolor en el pecho tremendo tan solo de sentir tu ausencia, pero no puedo evitar tener la cabeza llena de recuerdos preciosos a tu lado.
 
Tú, y solo tú, me llevabas de la mano por el monte enseñándome cada cosa que sabías sobre la naturaleza. Tú me enseñaste a querer y a tratar a los animales, Tú y tus bizcochos... Tú y tu eterna energía.
 
 
Pasan los años... y se acumulan las ausencias... Ahora te has ido tú y no me parece posible. ¿Debería enfadarme con el mundo por decidir apartar de nuestro lado a una persona así? Las abuelas como tú, no deberían morirse nunca. Deberían permitiros seguir enseñando a vivir a generación tras generación. Si todo el mundo tuviese la oportunidad de conocer a alguien como tú, estoy segura de que el mundo iría mucho mejor.
 
No puedo quitarme de la cabeza tu maravillosa manera de enfrentarte a la vida. Jamás te he visto venirte abajo demasiado tiempo. Siempre, siempre, SIEMPRE, me repetías lo precioso que es vivir, y además me decías que preferirías haber nacido en ésta época, ser de ésta generación a la que nos dejan vivir nuestra vida.
 
Naciste en la época equivocada, es verdad, pero aún así encontraste el hueco para crear una vida diferente. "¡¡¡¡Qué no me pongo de luto, he dicho!!!!" Y como esa, millones más.
 
¡¡Vaya revolucionaria estabas hecha!!...
 
No sabes lo tremendamente orgullosa que estoy de ti, y me duele todo el cuerpo de pensar que quizá nunca te lo dije. Ojalá sepa ser la mitad de increíble que tú has sido. Y si no he llegado a tiempo para decírtelo, quizá lo mejor que puedo hacer es tratar de vivir como tú.
 
Ayer, en el tanatorio escuché mil veces: "Yo a tu abuela la recuerdo siempre sonriendo, era muy alegre ¿verdad?"
 
SÍ. ¡¡Que grande eres!! No se me ocurre mejor manera de irte que dejando esa imagen en la cabeza de todo el mundo. SONRIENDO.... ¿Acaso hay algo mejor?
 
No has dado guerra ni para marcharte... y nos has dejado con las ganas de decirte muchas cosas, abuela. ¡No vuelvas a hacer esto! ¿Dónde mando yo ahora tantos sentimientos? ¿Cómo se supone que tengo que vivir sin oír tu voz una vez más? ¿Cómo voy a soportar no darte un último beso...?
 
Pero realmente las cosas han sido como deberían ser, como tú te merecías: Tranquilas y naturales.
 
Te has ido, sin más. Sin sufrir, sin dolores y pastillas. Hasta para irte lo has hecho por la puerta grande.
 
No tengo ni idea de cómo voy a apañármelas para vivir sin ti, de verdad que no. No se me ocurre como voy a levantarme cada día sabiendo que no voy a oírte canturrear nunca más. No sé como voy a estrenar La Sirenita sin verte en las butacas... Pero estarás allí, ¿Verdad?
 
No lo sé, no sé donde estás. No sé si me ves o si me lees y eso me duele tantísimo... Pero sí se una cosa, dentro de mí, eres inmortal. Cada noche que te eche de menos, sé que podré sentir tu presencia como antes, aunque solo sea en mi cabeza. Y cada golpe contra el suelo me recordará que tú siempre te levantabas y encima sonreías.
 
Es una pena que tengan que pasar estas cosas para darnos cuenta de que al final, la vida es lo único que tenemos.
 
Me queda el consuelo de que la viviste como una campeona, es más, como una guerrera de las de libro.
 
Me queda un vacío inmenso, algo que nunca se llenará. Pero GRACIAS por haberte hecho ese hueco tan grande, eso significa que pude disfrutar de ti y que me has cambiado la vida.
 
 
Nos vemos, ¿vale Abu?
 
Siempre, siempre, SIEMPRE.
 
 
 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Una posibilidad entre un millón

Anoche tuve la suerte de encontrarme con esta imagen:





Y esta vez, a pesar de la cantidad de pasteladas que hay por Internet que lo único que consiguen es que me suba el azúcar, me removió algo por dentro.

Pensé en lo estúpidos que somos los humanos. Estamos constantemente buscando algo mejor, algo más. Pasamos la vida buscando algo mas allá del horizonte y no nos damos cuenta de que estamos perdiendo lo que está aquí al lado...

Y lo mejor de todo es que cuando dejamos de mirar al horizonte y por casualidades de la vida nos dignamos a valorar lo que tenemos, ¡¡¡nos permitimos el lujo de tener miedo!!!

Miedo a que salga mal, miedo a ilusionarnos y que no sirva de nada, miedo a tener que romper, miedo a olvidar, a ese "duelo" que hay que pasar, miedo a perderlo todo.... ¡¡MIEDO A SER FELICES!!

Sinceramente, manda narices.

El texto que he pegado tiene mucha razón. Y no solo es aplicable a las relaciones de pareja, esa manía la extendemos a todos los aspectos de nuestra vida.
Hemos aprendido a no valorar nada, a ser unos caprichosos que siempre quieren más y cuando ya tenemos ese "más" nos acostumbramos a ello y dejamos de valorarlo.

Acaso nos creemos inmortales? Acaso no sabemos que nada es para siempre y que "el amor es eterno mientras dura" pero todo lo demás también se acaba?

Estoy empezando a pensar que lo que debería darnos miedo no es que las cosas puedan salir mal, sino que seamos tan estúpidos de no saber valorarlo, y que pasen los años y digamos... ojalá lo hubiese disfrutado, ahora ya no se puede.

Porque mañana todo será distinto, no serás joven, o no tendrás tiempo, o tendrás otras preocupaciones, tendrás que priorizar otras cosas.... y todo lo que quedó atrás maltratado por nuestra arrogancia no tendrá camino de regreso, habrá pasado sin remedio. Y nosotros tan engreídos creyendo que había algo mejor.

Puede ser que haya algo mejor, pero... ¿Y si lo que tienes ahora es lo mejor que vas a tener ahora?

Así que, niños, dejad de buscar en el horizonte esos cantos de sirena, porque si tienen que llegar, llegarán, pero siempre habrá otro horizonte y después de ese, otro más, nunca terminaremos de preguntarnos que habrá mas allá, pero mientras llega... disfruta.

"Que la vida son tres días y vamos por el segundo".

miércoles, 25 de julio de 2012

Un vistazo al ayer

Siempre que viajo en tren me sorprendo de la poca gente que llega conmigo al final del trayecto. Luego me doy cuenta de cuanto se parece a la vida. La gente desaparece constantemente del vagón sin que te importe ni les eches de menos

No me había dado cuenta hasta ayer de cuánto se parecían mis viajes en tren a mi vida. Bueno, a mi vida y a la vida de cualquiera, supongo.
Siempre me pasa lo mismo, año tras año me doy cuenta de que sigo creciendo, de que aún no soy al 100% un adulto y de que aún la vida tiene que trasformarse mucho más. 
Éste año no ha sido diferente. A unos días de cumplir los 23 me pongo a hacer repaso de todo lo que ha cambiado desde el cumpleaños anterior... Bien, pues éste año por lo que veo ha sido "el año de los trucos de magia".

Me explico: Siempre he sabido que con el paso del tiempo, es de cajón que los amigos vayan reduciendo en número y aumentando en calidad. Basta con observar los amigos de nuestros padres o de otros adultos (adultos al 100%). Son pocos y muy muy especiales.
Y como de crecer no se escapa nadie, este año a mi vida le ha tocado empezar a hacer limpieza. No necesariamente una limpieza de mierda, ni de cosas que sobraran... simplemente limpieza de amigos de verdad y colegas de los divertidos.

Por medio de esos "trucos de magia", algunos amigos que parecían para siempre, han pasado a ser exactamente eso: Pasado. Otros, que llevaban toda la vida a mi lado han pasado a ser esos amigos con los que te ríes y quedas, pero ya no son esos "amigoshastala muertequedeadolescentesparecíaqueosibaisamorirdeamortodosjuntos". 
Pero ahora viene lo mejor, el gran truco, el momento en el que el público se queda boquiabierto y aplaude a rabiar, el momento en el que se te pone la piel de gallina y dices: "Joder, este sí que ha sido alucinante". Ese truco es el de los amigos que de entre toda la masacre aparecen y precisamente por ser pocos y fuertes, valen mil veces más que todas las pérdidas juntas.

Todo esto es muy bonito, parece que quedarse con lo bueno es lo mejor y todo eso pero... No es tan facil... A veces me pregunto con bastante preocupación si todo esto tenía que pasar tan pronto. ¿Era de verdad necesario que todas esas muertes pasaran en un año? ¿Es mejor que sea así, de golpe, como un tirón de cera? 

Ni idea... como con casi todas las preguntas que me hago sé que no sabré responderlas hasta dentro de mucho, mucho tiempo. 


Solo añadir que nada es demasiado dramático como para darle más vueltas de las necesarias. Que estas cosas pasan y seguirán pasando. Que la vida nunca parará de girar, pero ahí está la magia.

Mira a tus amigos a los ojos hoy, observa sus caras, cierra los ojos, escúchales reir, escuchales respirar, tócales, siente su tacto y alégrate de tenerlo. Esa amistad es un regalo que nunca sabes cuando la vida va a arrebatarte. Pero jamás te pongas triste por ello, hay que saber cerrar puertas y abrir otras nuevas, para que nuevos amigos nuevos trucos de magia entren.

Felíz próximo año de sorpresas.

jueves, 17 de mayo de 2012

SI OYES VOCES AL CANTAR, SI OYES EL ECO DEL TAMBOR...

Nunca había sido capaz de entender qué llevaba a la gente a jugarse el pellejo en una guerra.

Evidentemente he estado de acuerdo en muchas ocasiones con los motivos por los que se luchaba, pero no terminaba de comprender cómo podía llevar a la gente a pegarse tiros y saber que posiblemente iban a morir luchando por eso. No creía que hubiese un ideal lo suficientemente fuerte como para arriesgar toda tu vida y no saber si quiera si tu muerte iba a servir para algo...

Pero ahora lo entiendo...

No me entendáis mal, no digo ni mucho menos que yo ahora mismo fuese capaz de meterme a luchar en ningún sitio, pero sí que empatizo más con la idea de que algo te preocupe lo suficiente como para poder llegar a poner en juego tu vida.

Me explico:

Una guerra, pongamos como ejemplo la Guerra Civil Española, no es ni más ni menos que la situación que tenemos ahora llevada al extremo. Imaginemos que los políticos siguen jugando con nosotros y nuestro futuro, que siguen robándonos y saliendo impunes de ello, que siguen manipulando leyes en su propio beneficio y que día tras día nos siguen demostrando que no trabajan por el pueblo sino por ellos mismos mientras nosotros estamos cada vez peor... La gente evidentemente cada vez estaría más encabronada.
Cuanto más violentamente nos reprimen, cuanto menos nos dejan expresarnos y cuanto más sucio juega, menos ganas de protestas pacíficas tiene la gente y eso, una vez tras otra, lleva a una guerra.

Lo siento, pero es así. No se conoce un cambio social importante que no haya sido a través de una guerra. Ojalá evolucionaramos éticamente lo suficiente para no tener que hacer guerras como medio de cambio, pero de momento, somos tan cromañones que es así...

Si con la situación actual han tantísima gente preocupada y tanta gente implicada como para llenar Sol y otras miles de plazas día tras día, ¿quíén puede decirnos que el día de mañana no estarán tan cansados de que se les machaque como para llegar más lejos aún?

Y aquí es dónde yo entiendo a todos los que han ido a la guerra y no por ser militares y estar obligados, y por supuesto entiendo solo a los que han ido a una guerra en concreto y por unos motivos en concreto, no a cualquier guerra...

Entiendo que el mundo que dejas te pueda preocupar tanto como para luchar por él de ese modo. Entiendo que el sentirse responsables de lo que pase en tu país te haga arriesgarlo todo y en el fondo, tratándose de esos casos concretos de lucha, me parecen actos valientes y heroicos, porque al fin y al cabo están haciendo eso por la sociedad que les rodea y no solo por ellos mismos (y eso ya es más de lo que hacen los que nos gobiernan y nos han gobernado).

Repito, no creo que yo tuviese el valor de coger un arma y plantarme en una trinchera de sacos de arena a pegar tiros al otro lado de la calle, pero por primera vez en mi vida he comprendido algo que llevaba mucho tiempo preguntándome.

Espero que no tengamos que llegar ahí, pero las cosas tienen que cambiar, y ojalá encontremos otro camino para hacerlo.

Nunca se me ha dado bien escribir sobre política, y no quiero que esto sea un panfleto de propaganda del 15M ni de ningún movimiento, eso sí, que quede claro que yo también estoy CANSADA de esta vergüenza de políticos que tenemos y que me emociona ver día tras día que somos muchos.

Movamos desde abajo para que los de arriba pierdan el equilibrio.




jueves, 19 de abril de 2012

No tengas miedo

Hace bastante tiempo que tenía en mente esta entrada, pero no conseguía encontrar la manera de enfocarla.

Hoy mi amiga Rosa me ha hecho una entrevista para un trabajo de clase y eso me ha ayudado a aclarar mis ideas. Me lo pidió porque necesitaba el testimonio de alguien que en su infancia hubiese sufrido algún episodio de bullying.

Bien, muchos de los que me leéis ya sabéis que cuando era pequeña, concretamente de los 8 a los 16 años, estudié en un colegio donde sufrí lo que ya por fin abiertamente se llama "acoso escolar".

No creo que mi caso fuera uno de los más graves pero sin necesidad de ello creo que puedo hablar con bastante experiencia del miedo.

El miedo a ser tú, el miedo a no saber día tras día que haces aquí y qué significas para tu entorno, el miedo a levantarte y ponerte el uniforme, pero sobre todo, el miedo a los demás.

No tengo la más mínima intención de escribir una entrada lastimera y autocompasiva, todo lo contrario, quiero que este texto sea un grito de esperanza, una llamada a la lucha interna y sobre todo un mensaje: de todo se sale.

Para mí no es fácil escribir mi historia y hacerla pública para que todo el mundo pueda saber lo que me pasó, pero lo hago porque tengo la esperanza de que mi fea experiencia pueda ayudar a alguien. Es probáblemente la única cosa buena que podría sacarse de esta etapa.

Entré en ese colegio en 4º de Primaria y venía de otro centro donde nunca había tenido ningún problema. Era una niña alegre, resuelta y muy sociable. Supongo que la clase en la que entré ya tenía unos líderes muy definidos y ante el miedo a perder su puesto la mejor opción fue minarme.

Evidentemente al principio los episodios de acoso eran más fuertes, con el paso de los años se tornaron más sutiles, como pequeños bocaditos en mi autoestima.
Evidentemente también, no participó todo el mundo y puedo decir que conservo una amiga a la que nunca le importó sentarse a mi lado cuando los demás no querían hacerlo.

No voy a detenerme a relatar ninguna situación concreta, así que vamos al grano:

Mientras estás sufriendo acoso, y más durante esos años en los que se forma tu personalidad y empiezas a ser consciente de tu identidad en tu entorno social, es muy difícil quererse a uno mismo, sobre todo si a diario varias personas se empeñan en hacerte sentir inferior y minúscula.
Cada paso es un gran esfuerzo, cada noche tienes pesadillas y para colmo tu rendimiento escolar no es ni de lejos lo que podría ser.

Llega el feliz día en que por fin sales de ese colegio y ves que allí donde vas de nuevas no tienes el más mínimo problema para integrarte y piensas: ¿A ver si va a ser verdad que no era yo el problema...?
Pero no te lo crees, no consigues creerlo porque llevas demasiados años pensando así y tan solo unos meses en tu "nueva vida".

En mi caso necesité ayuda psicológica para volver a la normalidad. Tardé muchos años en ser consciente de que el bullying seguía condicionando mi vida. Necesitaba pasar página...

Y lo conseguí. Durante años me pregunté por qué me hacían eso, pero luego comprendí que no había respuesta, yo nunca lo sabré y probablemente ellos tampoco tienen ni idea de por qué lo hacían.
¡¿Qué más da eso?! Lo importante es que ya no me afecta y que estoy orgullosa de ser quien soy, de haberme reencontrado conmigo misma y de que lo que viví me ha convertido en quien soy ahora y me gusta quién soy.

No me olvido de quién me ayudó a salir del agujero y les estaré eternamente agradecida, pero esta lucha ha sido al fin y al cabo, únicamente mía.

Esa época es sin duda lo pero que me ha pasado en la vida, pero como veis todo pasa y ni con el más grande de los problemas se acaba el mundo.

Por favor, si estás leyendo esto y conoces a alguien que lo esté sufriendo o que lo ha sufrido y aún lo arrastra o simplemente a alguien a quien le pueda servir, enséñaselo. Si contando ésta historia conseguimos que una sola persona mejore, entonces habrá merecido la pena.

Como ya dije:
"La vida empieza de cero cada mañana que me levanto, no manda el pasado, mando yo y quiero VIVIR"

domingo, 18 de marzo de 2012

ALEGRÍA

Hay días que parece que nunca se va a apagar el sol,
y otros son mas tristes que una despedida en la estación.
Es igual que nuestra vida que cuando todo va bien,
un día tuerces una esquina y te tuerces tu también.
Fito (Cerca de las vías)


Y sí, Fito tenía razón (como casi siempre). Hay días que no te lo esperas y de pronto todo se revuelve. Tienes la asquerosa sensación de no saber muy bien por dónde te ha venido pero se tambalea todo y tus peores temores y fantasmas se hacen con el control que tanto te había costado tener.

Generalmente esos días lo vemos todo tremendamente oscuro y parece, aunque por suerte suele ser temporal, que las cosas no tienen arreglo o al menos que no sabes por dónde seguir.
Y lo triste es que es super fácil caer en esa sensación y abandonarse en la tristeza y la autocompasión. Para que vamos a negarlo, al género humano le encanta regodearse en su desgracia. Es una manía absurda y a la vez completamente inevitable.

Y una vez estás metido en esa mierda tienes dos opciones:

1. Pelearte con ella tu solito
2. Pelearte con ella acompañadito.

(Sí, la opción 3 de no pelearte con ella no me la planteo, es mi rollo)

Lógicamente la más aconsejable es la 2, pero... ¿A quien enmarronas una vez más con tus historias?.
A la familia, lamentablemente, a pesar de demostrarnos una y mil veces que están ahí, no solemos involucrarles en estas cosas, creo que en parte porque necesitamos sentirnos independientes y "mayores" para luchar solitos.

La pareja, caso de tenerla, suele ser la mejor opción, pero no siempre está...

Y ahí están los amigos, esos pobres que siempre acaban tragándose todo y aguantando tus charlas.

Llega un momento en el que ya no te atreves a pedirles nada, para no cansar, para no abusar, para no hacerles sentirse obligados a estar a tu lado cuando a lo mejor tienen mil historias en la cabeza por las que pensar...

Y de pronto, son ellos los que te miran a los ojos y lo saben. Saben lo que te pasa, saben que lo necesitas, y no pides nada, simplemente ellos lo dan... ¡VOLUNTARIAMENTE!

Ese tipo de situaciones suelo llamarlas "morir de amor". Esos momentos en los que te demuestran tantas cosas que no sabes por donde expresar tanto sentimiento. Y encima, les observas ayudarte de la manera más natural y ves que no están siendo conscientes de lo que significa para ti ese gesto, lo están haciendo por que les sale del alma, sin más. Y tu les miras y les miras y cada vez más sorprendida ves que siguen sin darse cuenta de como tu corazón está a punto de explotar de agradecimiento.

Es casi magia, pero a lo mejor no dicen ni una sola palabra de lo que te pasa, a lo mejor ni tocan el tema, pero solo con estar, con sacrificar algo por ti, con un pequeño gesto hacen que tus fantasmas, esos que antes estaban a punto de comerte vivo, se hagan pequeñitos, y que de pronto te sientas capaz de derrotarlos, porque por mucho que nos empeñemos, al final, no estamos solos.

Me resulta muy difícil imaginarme mi vida sin unos poquitos amigos que no se dan ni cuenta de lo que hacen por mí.
Sí, se cuentan con una mano, con una sola, pero igual por eso son tan especiales, porque no abundan.

No hace falta que diga nombres, ellos lo saben.

Saben que para mí, brillan entre una inmensa masa de gente. Que lo primero que hago es buscar sus ojos para compartir las cosas más importantes de mi vida. Saben que me siento tremendamente feliz de saber que no habrá un solo día en el que no me den un abrazo o un guantazo según lo que necesite. Y espero que sepan también que me faltará tiempo para partirme la cara por ellos (espero que no sea necesario hacerlo literalmente) si algún día hace falta.

Os aseguro que los últimos meses han sido MUY difíciles para mí. He tenido que reenfocar mi vida y creo que no habría sido capaz de hacerlo sin ellos.

No, no es peloteo. Es amor del de verdad. Del que dura toda la vida, porque hay amores que no llevan a bodas, pero que llevan a la felicidad más absoluta.

Jamás podré daros la cantidad de abrazos que os merecéis, ni podré mataros de amor tanto como me gustaría, pero de verdad, sabed todos los días que estáis llenando la vida de una personita muy pequeña, pero que bajo mi punto de vista, llenar la vida de alguien es lo más maravilloso que podemos aspirar a hacer en la vida.

Gracias se queda pequeño así que como no se me da muy bien inventarme palabras, que los aludidos inventen una para recibir mi "más que gracias".





sábado, 10 de marzo de 2012

Lo que más

Hace mucho tiempo que tenía que haberte dedicado una entrada a tí, pero quizás, no era el momento... o quizás cuando fue el momento no tenía blog...

Pero ahora se han juntado las dos condiciones.

Tengo que hacer un esfuerzo de memoria muy grande para rescatar alguno de los momentos más felices de mi vida en el que no estés tú, y de verdad, me resulta casi imposible.
Prácticamente desde que mi vida empezó a arrancar has estado ahí y no de cualquier manera.

¿Alván, tu te emocionas?

Probablemente fueron las primeras palabras que tu y yo nos cruzamos, curioso, no? No solo me respondiste con palabras, sino que te has pasado la vida demostrándome que no solo te emocionas, sino que haces sentir a los demás una cantidad de emociones insuperable.

Hace solo un rato nos hemos despedido por una temporada, sé que no te vas por mucho tiempo, que vas a venir y todas esas cosas que me dirías ahora mismo... pero cuando nos hemos "desabrazado" y me he dado la vuelta he sentido que con ese gesto, se iba una parte de mi vida que no volverá.

No puedo ponerme a contar la cantidad de cosas que me has hecho sentir, algunas porque no caben, otras porque no tienen explicación y otras porque para que engañarnos, son nuestras y de nadie más. Pero sí se que tu sabes a lo que me refiero, sé que guardas en tus recuerdos tantas cosas como yo. Y solo espero que sepas de verdad, cuanta felicidad me has proporcionado, cuanto me has enseñado de la vida y lo eternamente agradecida y en parte, enamorada, que estaré de tí siempre.

Creeme, eres la persona a la que más he querido y creo que ese vínculo especial del que hablábamos hace años nos unirá siempre de alguna manera. No te marches del todo nunca, porque egoistamente te necesito a mi lado, y no quiero que eso también cambie.

Te deseo, que en esta nueva etapa vivas muchísimas cosas nuevas que te proporcionen toda la felicidad que necesitas, que crezcas, que sonrias, que disfrutes y que seas feliz. Hagas lo que hagas te apoyaré y siempre estaré esperándote con los brazos abiertos y una sonrisa luminosa.

No sé si lo que estoy escribiendo es una mierda o estoy consiguiendo trasmitirte una pequeña parte de la cantidad inmensa de cosas que siento ahora mismo.

Buena caza, Alvanito.

Te quiere y siempre te cuidará, Carmencita.

http://www.youtube.com/watch?v=E56M28W7oc4
(Eres lo que más he querido en la vida, lo que mas...)





martes, 28 de febrero de 2012

El día de regalo

Yo os aviso con tiempo, para que luego no digáis que os ha pillado por sorpresa y no hay nada que hacer: Mañana es 29 de Febrero.

Recuerdo que una vez de pequeña una niña me dedicó en la agenda una frase un 29 de Febrero, decía:

"Disfruta de este día porque hasta dentro de cuatro años no habrá otro igual"

La niña era un cabrona redomada, pero tenía mas razón que un santo.
Esa frase me sorprendió, fui consciente por primera vez de que era un día algo especial y desde entonces los escasos 29 de Febrero me transmiten algo.

Igual es una gilipollez, pero a mi me parece bonito pensar que una vez cada cuatro años tenemos un día de regalo y me encanta hacerlo único, o al menos proponérmelo así.

Por eso, quiero deciros que mañana sería genial que todos tuviésemos un poco mas de "positivity" y pensemos que la vida nos regala un día extra para sonreír, para querer, para reírnos a carcajadas o para lo que más nos apetezca.

La semana pasada estuve en la RESAD de técnico de sonido en la muestra de los alumnos de tercero. La obra, (¡Qué formidable burdel!) decía unas verdades como puños, pero hoy me sirve una en especial:

Un personaje bastante pintoresco decía "Se va la vida y no es broma"

¡Y es verdad! Siempre nos sorprendemos de cómo pasan los meses, de que ya estemos casi en Marzo y parece que fue ayer cuando brindábamos por el año nuevo. Pero normalmente nos limitamos a quejarnos del paso del tiempo en vez de vivirlo.

Si los meses pasan rápido, hagamos un esfuerzo porque sean los meses más felices de nuestra vida.

Y si el año nos regala un día extra, vamos a aprovecharlo, ¿no?

Así que mañana espero no ver mensajes pesimistas, ni tristes, mañana, como todos los días, empieza nuestra vida de cero. Y qué mejor que un día que no va a existir durante cuatro años, un día que no se va a poder celebrar porque no va a estar, para hacerlo más único todavía.


Y encima, nos acompaña el buen tiempo. No hay excusa, a vivir felices ¡y punto!

domingo, 19 de febrero de 2012

Héroes

El otro día tuve una conversación con mi amiga Vero que me hizo refexionar mucho.

Para que entendáis mi reflexión y comprendáis por qué la admiro tengo que contaros su historia:

Conocí a Vero en el instituto cuando teníamos 16 años. Muy pronto nos hicimos amigas y también muy pronto pasó algo que nadie habría deseado.

Con 18 años Vero enfermó de meningitis. Al principio parecía que iba a ser una meningitis normal y que, dentro de la gravedad del asunto, iba a salir adelante sin problemas. Pero de pronto empeoró.
De estar en planta tan solo con medicación, bajó a la UVI y allí perdió la movilidad de la mitad de su cuerpo, perdió la vista y algo de oído. Enfermó tanto que llegaron a decir que era probable que no saliera adelante.

Recuerdo esos días como la peor de las pesadillas, no podíamos creer que estuviese pasándole eso a una persona tan joven, tan llena de vida, alguien que hacía tan solo unos días estaba de acampada con nosotros corriendo y jugando con los niños como todos los demás. Fue la primera vez que fui consciente de la fragilidad de la vida, de que no somos inmortales y de que todo puede acabar en un segundo, cuando menos te lo esperas.

Pero todo lo que sentimos los que la queríamos no es nada en comparación con lo que pasó ella.

Ha tardado mucho tiempo en hablar claramente de lo que pensaba esos días, de lo que pasó por su cabeza y de lo que ha significado en su vida esa enfermedad.

El otro día, me contó por primera vez que cuando estaba algo mejor, ya fuera de la UVI pero todavía con la mitad del cuerpo afectada y la vista mal, una enfermera le dijo que no se le ocurriese levantarse de la cama, que si quería pasear se sentara en la silla de ruedas y diese una vuelta por el pasillo.
Cualquiera habría hecho caso, se habría resignado a esa realidad de mierda, pero Vero no es así, Vero lleva dentro una guerrera y decidió que 18 no eran los años suficientes para ir en silla de ruedas.
Esperó pacientemente a que la enfermera se fuera y comprobar que no iba a volver porque se le hubiese olvidado algo y se levantó.
Intentó cruzar la habitación dando pequeños pasitos, pero se cayó. Al caer se golpeó la cabeza y se quedó en el suelo asustada.

"Te juro que pensé que ahí si que la había cagado, que con ese golpe que me acababa de dar podía haberla liado mucho más, me dí muy fuerte en la cabeza.
Pensé en que si la enfermera venía me iba a regañar, pero lo que de verdad me asustó fue pensar que si mi padre aparecía y me veía ahí se iba a asustar muchísimo, y lo que me daba miedo era hacérselo pasar a mi padre aún peor"

Se dijo a sí misma que tenía que levantarse como fuera. No tenía fuerzas para moverse, pero lo intentó.

"No sé cuánto tardé, solo sé que me costó muchísimo y que cuando me puse en pié estaba sudando del esfuerzo. ¡Solo por levantarme del suelo! Pero bueno, de algún sitio saqué las fuerzas y volví andando a la cama"

Me emocionó mucho oír a mi amiga contar aquello, vi en sus ojos una fortaleza que ya podríamos tener muchos para enfrentarnos a las cositas que nos pasan en la vida y que no son nada en comparación con lo que vivió ella.

Le cuesta reconocer el enorme mérito que tiene haber sido tan luchadora cuando todo estaba prácticamente perdido. Creo que no es del todo consciente del poder que tuvo su cabeza en su recuperación, y que quizá si no fuese por eso, hoy no sería una persona totalmente recuperada, sin a penas ninguna secuela y capaz de hacer una vida normal, y de ser profe de niños pequeños.

Me hizo pensar que los héroes no son necesariamente aquellos que hacen grandes cosas por cambiar el mundo, ni tampoco los que tienen reconocimiento en los medios y todo el mundo habla de ellos.

Los héroes de verdad son los que hacen grandes esfuerzos en su vida por vivir, y que si la vida les da una bofetada se levantan una, y dos, y tres veces o las que haga falta para seguir caminando.

De la enfermedad de Vero saco tres cosas.

La primera es que la admiro enormemente y que tengo mucho que aprender de ella.

La segunda es que llevo años al lado de un ser muy especial y muy valiente y no lo sabía.

Y la tercera es que la vida es un suspiro, que da igual si vives 100 o 18 años, lo que importa es vivirlo todo de la mejor manera posible, y disfrutar cada momento, guardar en la memoria caras, miradas, sornisas, olores y tactos porque nunca sabemos si será el último.

Y todas estas cosas no las digo con un ánimo pesimista ni triste, lo digo con una inyección de energía y positividad, que si te pilla la vida antes de tiempo, te pille sonriendo, luchando y rodeado de gente a la que quieres.

Vero, mi vieja hermana loba, gracias por enseñarnos a vivir y a levantarnos sudando y sin fuerzas, eres una heroína, y de las buenas :)




jueves, 9 de febrero de 2012

Besos

El otro día descubrí algo que me resultó muy curioso:
Nuestros besos cambian según las costumbres de los besos de los demás.
Hablo, lógicamente, de besos en la boca ya que los besos en la cara (o en otra parte) tienen mucho que contar, pero no tanto.

Quiero decir que cuando besas a alguien con cierta frecuencia te adaptas a unas normas comunes de los dos. Se crea un beso único que solo tú y la otra persona podéis reproducir. Y después de ese beso, se queda algo en ti quede alguna manera transmites al siguiente que besas.

Es como si el mundo entero estuviese conectado a través de la huella que vamos dejando al besar. Una conexión de ternura, pasión y saliva que se extiende por el mundo de boca en boca sin distinción de sexo o nacionalidad.

¿Alguna vez habéis besado a alguien que hacía tiempo que no besabais y en ese tiempo ambos habéis besado a otra persona? Es muy curioso porque resulta imposible volver a besarse como antes, los dos han incorporado a sus besos nuevas costumbres.

Pero yo me pregunto, ¿Son los besos los que cambian por las personas o somos nosotros los que cambiamos de personalidad según lo que vivimos y eso repercute en loa besos?

Me parece bonito pensar que en nuestra forma de besar esté impresa nuestra historia, el recuerdo de lo que otros besos y besadores nos han hecho vivir.

No tengo muy clara la respuesta a mi pregunta, creo que seguiré una investigación empírica exhaustiva.

Podéis contarme vuestras experiencias a ver si entre palabras y besos llegamos a una conclusión.

Y como no... Para despedirme os mando un beso (sin distinción de sexo o nacionalidad) de esos que solo yo y cada uno de vosotros podemos crear.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Deseos de cosas imposibles

Hace tiempo mi amigo Jose me prometió un poema para publicar en mi blog. Aquí os lo dejo, cargado de sentimientos. Lo bonito de la poesía es que es tan simbólica que permite a cada uno entiender lo que quiera, disfrutadlo :)

Una brisa en dos direcciones,
el sosiego susurrando a tu cuello,
transportando paz a cada hueco...
intento alcanzar tu alrededor,
Y no llego...
Y no puedo...
Y no quiero...



Gracias, ¡grande!

martes, 31 de enero de 2012

¡¿Pero dónde te has metido?!

Te busco, te sueño, me invento tu olor, dibujo tu sonrisa, imagino tus ojos, casi creo poder acariciarte, pero... no estás.

¿Dónde te has metido? ¿Cuánto tiempo vas a tardar en venir? No me gusta tu ausencia, ni el vacío que me deja.

No quiero pensar que te necesito, pero siento que me faltas, y cuanta más paciencia me obligo a tener, más lejos te siento.

Te echo en falta por las noches cuando no puedo dormir.
Te echo en falta cuando lloro y necesito que me abraces.
Te echo en falta entre los olores de los demás, que no son como el tuyo.

¿Cuántos besos puedo darte? ¿Cuántos cuentos podré escribirte? ¿Cuántos días más van a pasar sin ti?

No sé si serás mi amor para siempre... no lo creo, pero por favor... aparece. Tengo tantas preguntas y ni si quiera te conozco...

Un día más, Venga, solo uno más... ¡Con un poco de suerte te conoceré hoy!

martes, 17 de enero de 2012

Hasta siempre, amigo


Llegaste en una cajita de Solán de Cabras, mi padre me la dió y creí que era para tirarla, cuando llegué a la basura oí un ruido dentro, miré y ahí estaban tus ojitos, azules y grandes...
Te escondiste detrás de un baul y no parabas de llorar y pensé: "Este es un teatrero, vamos a llamarle Willy, como Shakespeare"

Y aquí estabas, los dos eramos niños y por suerte los años han coincidido de tal manear que hemos crecido juntos.

Tus grandes costumbres: Dormir conmigo, despertarme a maullidos en mitad de la noche, comer como si no hubiese un mañana, jugar con las gotas que caían por la mampara mientras me duchaba, mirar a la paloma que se posa todos los días en la farola de enfrente, escuchar los pajaritos por las mañanas en la terraza, tumbarte al sol, asomarte a mi ventana en verano...

Cuando todavía eras pequeñito había una columna en medio del salón y jugabamos al escondite en ella.

No puedo hacerme una idea de la cantidad de veces que recurrí a tí cuando no sabía donde ir, no sé cuantas tardes me habré tumbado a tu lado solo para oírte respirar y relajarme, ni cuantas veces me habré apoyado en tu tripita para escuchar tu corazón.

No tengo ni la menor idea de si el tópico de que los gatos son vengativos y ariscos es cierto, lo que sé es que tu nunca has sido así. Puedo asegurar que careciste de toda maldad, y ojala los humanos fueran la mitad de buenos de lo que tu has sido.

Willy, no hace ni 24 horas que no estás y todavía no sé como me las voy a apañar para llegar a casa y que no vengas a saludarme. No me esperaba que te fueras todavía y me da pena pensar que nuestro camino juntos ha terminado ya.

Muchas veces sentí que mi casa era esta porque tu estabas en ella, y que allí donde fuese yo, tu vendrías conmigo. Bueno, ya no vas a poder venir físicamente, pero creo que seguiremos juntos siempre, porque los dos somos lo que somos, porque hemos crecido juntos.

Como dice una amiga, seguro que estás en el cielo de los gatos, rodeado de aceitunas y lonchas de mortadela.

Mi pequeño de ojos azules, mi naricilla rosa y negra, mi huellita, mi hermano mudo... te voy a echar de menos durante mucho tiempo, pero volveremos a vernos, lo sé, esperame allí donde estés que algún día llegaré y volveremos a jugar al escondite.

Te voy a querer siempre, gordito.