Recuerdo esos días con un calor especial.
A la salida del colegio buscaba tu cara entre la gente, esas gafas grandes que te daban un aire tan cómico y tierno a la vez. Levantabas el brazo y corría a darte un beso.
-Hola Carmela. Vamos a casa.
Después íbamos a buscar a Javi al cole y de camino me recitabas versos de “La venganza de Don Mendo”. Fueron tantos días que acabé por aprenderme el principio de la obra.
Otras veces te acompañaba a hacer la compra y tú canturreabas canciones inventadas por lo bajini que no he olvidado aún. Recuerdo que siempre tenías las manos frías y yo te las envolvía en mis minúsculas manitas y las metíamos en tu bolsillo; era como un juego para nosotros: Calentarle las manos al Yayo.
Recuerdo tus meriendas de “Jamonjó” y tus calditos de media mañana. Tu mal genio que siempre aparecía en los momentos más insospechados, como cuando se nos caía un lápiz al suelo o nos tropezábamos.
Nos envolvías en nuestra bufanda apretándola tanto al abrigo que íbamos tiesos y casi no podíamos hablar… Ahora que lo pienso igual era una estrategia porque yo no me callaba ni un segundo.
Mirabas mis deberes y con ojo severo corregías mi caligrafía que era desastrosa, tú tan perfeccionista tratabas de enseñarme.
Todo lo arreglabas con celo, nos curabas con mercromina y reciclabas cada papel de regalo, cada folio, cada cuartilla.
Tuviste una vida difícil, la guerra, os fuisteis a Francia para huir del dolor y vuestra madre murió cuando solo tenías 10 añitos. Así, tu y tus dos hermanos salisteis adelante prácticamente solos y eso os hizo ser tan trabajadores y responsables que es un ejemplo para toda la vida.
Tus bromas, tu humor serio, tus charlas sobre política. Tú, el incorregible “rojillo” de mi vida que me hizo pensar, crecer y ver que la vida puede ser lo más maravilloso del mundo siempre que tú te lo propongas.
Un día, hace un año, nos dejaste y desde entonces he estado tratando de aprender a vivir sin ti pero contigo. Creo que lo voy consiguiendo, Yayo. Cada vez que me pasa algo malo pienso que tú lo tuviste más difícil y sin embargo no paraste de luchar, que las depresiones son para los que tienen tiempo libre y que no hay nada que un buen libro no pueda arreglar.
De alguna manera sé que no me has dejado, que sigues conmigo y aunque algún día te vayas definitivamente, estarás presente en mí y en todos los que tuvimos la suerte de vivir a tu lado, porque tu forma de ser y tu ejemplo nos acompañarán toda la vida.
Gracias por regalarme la felicidad más pura.
SIN PALABRAS....
ResponderEliminarLA MIA SE FUE HACE 4 AÑOS Y AÚN HABLO CON ELLA TODOS LOS DIAS.
LOS QUE HEMOS TENIDO LA SUERTE DE VIVIR CON NUESTROS ABUELOS APRECIAMOS LO QUE SIGNIFICA TODO LO QUE HAS ESCRITO.
ME HABIAN PREVENIDO ANTES DE LEERLO QUE NO LLORASE, PERO HA SIDO INEVITABLE. SE ME SALTAN LAS LAGRIMAS Y ESTANDO DONDE ESTOY AHORA, TENGO QUE GUARDAR LAS COMPOSTURAS.
CUANDO SE FUE, SE ME QUEDARON EN EL TINTERO UN MONTON DE COSAS QUE PREGUNTARLE Y HABLAR CON ELLA. SE QUE EN UNOS DIAS,AUNQUE NO TENGA RESPUESTA A MI PARLOTEO, PODRE HACERSELAS.
PLSSSS CARMELA VUELVEME A EMOCIONAR COMO LO HAS HECHO HOY.
BESOTES DE LA OTRA COBOS
piensa q hasta q no se olvida a las personas del todo no se van asi q mantenlo en tu recuerdo ,lo bueno y omal porque asi estara siempre con vosotros ,con sus imperfecciones porque eso es lo que hace a las personas perfectas .
ResponderEliminar